PSICOPEDAGOGIA

El objetivo de la psicopedagogía es potenciar al máximo la capacidad de aprendizaje de niños, adolescentes y adultos, tomando en cuenta sus particularidades, talentos y necesidades educativas especiales.

martes, 26 de enero de 2010

HIPERACTIVIDAD

HIPERACTIVIDAD



A diferencia de lo que ocurre con el déficit atencional, que en ocasiones y por extraño que parezca, llega a pasar desapercibido en el hogar y en la escuela, la hiperactividad es un comportamiento típico de este trastorno que llama pronto la atención, siendo el motivo más frecuente de remisión del niño a un
examen psicopedegógico, psicológico e, incluso, neuropediátrico. Desde luego no es de extrañar, ya que el déficit atencional puede tener (y así ocurre de hecho) graves consecuencias sobre el desarrollo cognitivo y el aprendizaje del niño, pero la hiperactividad interfiere con el normal desarrollo de una clase y de la vida cotidiana en el hogar, hasta el punto de que es fuente de la mayor parte de los abundantes conflictos del niño con TDA-H con sus iguales y con los adultos.
Y es que lo que llamamos hiperactividad puede definirse como una conducta motriz excesiva, un continuo moverse, que es lo que significa etimológicamente el término hipercinesia (o hiperkinesia). Dicho coloquialmente, estamos hablando de un niño que no para quieto un instante y que, cuando lo hace, no deja de mover las manos, de "bailotear" en la silla, de hacer gestos y muecas... pero mostrando a la vez que este exceso cinético un segundo rasgo fundamental: su actividad es inmotivada, en el sentido de que no responde a un objetivo determinado y se mantiene hasta alcanzarlo, sino que cambia continuamente y de forma errática, 'nconsistente. Esto es precisamente lo que diferencia al niño hiperactivo del niño sobreactivo, es decir, de aquel otro que tampoco parece parar un instante, pero que empieza lo que termina y actúa de forma puede que excesiva, pero siempre motivada y consistente (algunos profesionales prefieren emplear el término hiperactivo para referirse a lo que aquí hemos llamada sobreactivo y reservan el vocablo hiperkinesia para referirse a lo que aquí estamos denominando hiperactividad).
De acuerdo con el DSM-IV, esa hiperactividad se traduce en comportamientos observables como los siguientes:
• Agitación motriz frecuente (retorcerse en el asiento, frotar las manos nerviosamente, tamborileo de los dedos, movimientos reiterativos y continuos de los pies, incluso tics...).
• Moverse sin un motivo concreto cuando se espera que permanezca quieto (por ejemplo, levantarse sin más del pupitre, acercarse a mirar y tocar un objeto en un armario y volver al asiento mientras hace una tarea en clase, o salirse de la fila de entrada a la clase corriendo y volver luego a ella sin motivo aparente).
• Ir de un lado a otro, como ajeno a los demás, al impulso de las cosas que llaman momentáneamente su atención.
• Frecuentes dificultades para participar en actividades colectivas que requieren turnos y esperas.
• Parloteo continuo, saltando de un tema a otro y sin dar muestras de esperar realmente que el otro le escuche o siga su discurso.
Como ya se indicó respecto al déficit atencional, estas conductas no sólo deben estar presentes, sino que deben cumplir una serie de requisitos extra para considerarlas síntomas de TDA-H.

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